martes, 27 de diciembre de 2011

Los "Ismaeles" nacen cuando no esperamos

Como explicamos en el post anterior, cuando no esperamos la promesa de Dios y decidimos ayudarlo hacemos nacer a un Ismael, un personaje que al inmediato es tierno y dulce pero al final traerá un gran sufrimiento a nuestras vidas.

Para una rápida explicación para quien no leyó el post anterior, Abraham tenía 86 años cuando aún esperaba tener un hijo con su esposa Sara, pero como era esteril decidió tener un hujo con su sierva Agar, naciendo así Ismael.

Ismael se convirtió en lo que conocemos como Islam, una mulitud muy poderosa en la tierra como Dios lo prometió, pero no como lo pensamos o planeamos, porque vino de la desobediencia y de la impaciencia.a

Podemos decir que no fue culpa de Abraham, porque fue Sara, su mujer, quien se lo pidió, entonces él al tener relaciones sexuales con Agar estaba sólo accediendo a la humilde petición de su esposa. Abraham sabía que estaba intentando engañar la voluntad de Dios. Nosotros sabemos que cuando decidimos ya no esperar e intentamos acelerar la "promesa" estamos haciendo trampa.

Abraham sabía que las cosas no eran para hacerse de esa manera, él tenía que esperar, aún que pasaran muchos más años, él tenía que esperar por Dios. Fue lo que David no hizo cuando tomó a Betsabé por mujer y el fruto de ese pecado murió, y no sólo eso, trajo una maldición muy grande sobre sus próximos hijos, ese fue su Ismael. Moisés también hizo nacer su Ismael, cuando desobedeció a Dios por impaciencia, lo que le provocó no entrar en la Tierra Prometida.

Juan el Bautista también hizo nacer su Ismael cuando decidió dejar de predicar en el desierto e irse a la ciudad, provocando su muerte prematura. Muchos otros como Sansón, Saúl, Elias, incluso el mismo Paulo hicieron nacer Ismaeles en sus vidas, por impaciencia, por creer conocer la voluntad de Dios más que el propio Dios.

A veces no se trata de lo que otros pueden obligarnos a hacer, como Abraham se "vio" obligado a tener relaciones con su sierva, sino se trata de nuestra posición delante la presión del enemigo. Aún que Sara hubiera abandonado a Abraham si no se acostara con su sierva, lo correcto era mantener una postura fiel a a la promesa recibida, y Dios hubiera hecho el milagro de uno u otra forma ¡ese es Dios!

Una postura fiel a la voluntad de Dios hace toda la diferencia en la vida de una persona, hace inclusive que la bendición venga más rápido. Dios honra la fidelidad y premia nuestra postura de fe.

La paciencia es un camino complicado, se requiere conocer a Dios para pasarlo, y para conocer a Dios se requiere de mucha comunión con él, comunión es escuchar más que hablar.

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