Leemos la historia de David y Goliat en el capítulo 17 del primer libro de Samuel, y conociendo la historia vemos como es exaltado con el hecho de haber matado al gigante opresor, pero la historia de David no comienza ahí.
Desde capítulos anteriores David fue escudero del rey Saúl, quien llevaba sus armas y escudos, protegiendo a su líder. Ahora, imaginen a David siendo llevado al palacio y participar de los privilegios reales, haciendo lo que le gustaba hacer en un lugar ideal. David podría decir: "estoy en el lugar correcto, este es mi tiempo", pero leemos en los versículos mencionados arriba que David volvió a apacentar las ovejas de su padre dejando a Saúl.
¿Qué pasó con el ministerio glorioso de David lleno de lujos y bendiciones? Tal vez esa historia se repita en nosotros cuando hace algún tiempo atrás Dios nos llamó, llevándonos a lugares maravillosos, usándonos de forma espectacular y de repente... regresamos a "apacentar las ovejitas en un patio lejano".
Tal vez te sientas olvidado por Dios o los hombres que alguna vez te confiaron una responsabilidad. Tal vez te sientas excluido por estar en un lugar olvidado y poco valorizado. Te preguntarás "¿por qué yo? Después de todo lo que sucedió en mi vida, después de todo lo que Dios me usó". Y es común que el desánimo llegue a nuestras vidas y ministerios porque pensamos que fue todo lo que Dios tuvo para nosotros, pensamos que aquellos "momentos de oro" no volverán más, entonces ¿porqué animarnos? Pero como leemos en la Biblia, esos momentos de oro en la adolescencia de David eran algo tan pequeño comparado con todo lo que Dios lo usó.
Tal vez te estés preguntando "¿Cómo regresar a mis épocas de oro?", estás haciendo mal la pregunta. David no estaba lamentándose por ya no ser escudero del rey, él fue fiel a la siguiente tarea que Dios le dio antes de comenzar verdaderamente su ministerio. La tarea que Dios normalmente da después de una "época de oro" es simples, muy simples, porque Él va a probar nuestra fidelidad, prepararnos y entrenándonos en lo escondido, diciéndonos: "Persevera, ya viste poco de lo que mucho que haré de ti, pero ahora es necesario un fuerte entrenamiento".
Dios sabía que David tendría que matar un gigante armando hasta en los dientes, por eso en el "patio olvidado de su padre" le mandaba osos y leones para que entrenara con ellos.
Fidelidad en la tarea simples te llevará en pronto al momento que marcará tu vida y ministerio. El padre de David lo mandó a la guerra. ¡Uau! Al fin David iría hacer algo que tanto amaba, pero su padre le dice: "llévale pan y comida a tus hermanos y regresa". David podría desanimarse y decir: "Yo pensé que ya había llegado" y hacer las cosas de mala manera, pero no, fue fiel en la tarea simple, y fue entonces que comenzó verdaderamente el tiempo de oro de David.
Entonces, ¿Cómo regresar a mis tiempos de oro? Tus tiempos de oro no ha llegado aún, no llores por lo que sucedió tiempo atrás. Sé fiel en esta tarea simple donde Dios te colocó y espera, porque esas tareas simples te están entrenando para el verdadero tiempo de bendición en tu vida.
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